COMUNICADO A PROPÓSITO DE LOS CONCURSOS PÚBLICOS PARA LA ADJUDICACIÓN DE LOS CENTROS PROPIOS DE LA RED PÚBLICA DE ATENCIÓN SOCIAL A PERSONAS CON TRASTORNO MENTAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Madrid, a 26 de mayo de 2021.

La Junta directiva de la AMRP desea compartir las siguientes reflexiones a propósito de los concursos públicos para la adjudicación de los centros propios de la Red Pública de Atención Social a Personas con trastorno mental de la Comunidad de Madrid:


Dicha Red existe desde hace más de 30 años y desde el inicio se recurrió, para su puesta en marcha, al modelo de gestión privada de servicios públicos. Este hecho no ha sido incompatible con la consecución de unos servicios públicos que consideramos han venido dando una atención de calidad, rigor y eficacia probada. Desde la coordinación técnica se ha promovido y favorecido una estrecha coordinación entre los y las profesionales de las distintas entidades que gestionan los recursos, un trabajo conjunto orientado a la homogeneidad del modelo de atención, a la mejora de su calidad y un claro sentido de pertenencia a una red pública. Con el paso de los años, y a causa de diferentes modificaciones legales, el peso de los factores económicos ha ido ganando importancia sobre las consideraciones técnicas a la hora de decidir las adjudicaciones. Por otra parte, desde hace tiempo, el sector sociosanitario, el de atención a la discapacidad y los servicios sociales en general han sido objeto cada vez de un mayor interés por parte de más empresas, incluidos fondos de inversión. La Red de Atención Social no ha sido ajena a esta circunstancia.


En los últimos meses han tenido lugar los concursos públicos para la adjudicación de los llamados centros propios de dicha Red (aquellos cuyos locales son de titularidad de la Comunidad de Madrid). Esta circunstancia ha puesto en evidencia la agudización de la tendencia comentada, lo que ha propiciado una competencia agresiva entre empresas con y sin experiencia en el sector. Ello ha originado que las ofertas económicas sean significativamente inferiores de los precios iniciales de licitación, llegándose incluso a ser aceptada una oferta inicialmente considerada como temeraria; lo que provocó el cambio de la empresa gestora en varios dispositivos.


Nadie puede afirmar que la Red de Atención Social haya sufrido el desinterés y la falta de supervisión por parte de la administración respecto a sus estándares de calidad y rigor técnico. Ahora bien, los acontecimientos de los meses precedentes suscitan inquietud entre los y las profesionales de la rehabilitación psicosocial y por ello manifestamos que:

  • Es imprescindible que la administración continúe ejerciendo una exhaustiva supervisión respecto de la calidad técnica de la atención prestada. Con ello se ha de garantizar que las personas en atención no sufran consecuencias indeseadas y continúen recibiendo los apoyos que precisen. Nos parece imprescindible que los concursos públicos prioricen los criterios técnicos como factor determinante para la adjudicación de los mismos. De otra forma, se estaría perdiendo el elemento fundamental de dicha calidad.
  • Las condiciones materiales de los recursos deben ser siempre las adecuadas y no verse sometidas al albur de que las empresas gestoras precisen recortar gastos sea cual sea el motivo.
  • Entendemos que uno de los riesgos de la competitividad casi exclusivamente basada en aspectos económicos es un empeoramiento a corto o medio plazo de las condiciones laborales de los y las trabajadoras. Este factor también implica un peligro para una merma en la calidad de la atención a la ciudadanía.

Por todo lo anterior nos parece ineludible, para el mantenimiento de unos servicios públicos dignos, que la Administración supervise y asegure la calidad de los mismos. Para ello sería indispensable:

  • Crear un marco que permita potenciar criterios que pongan en valor lo técnico frente a lo económico.
  • Velar por el mantenimiento de las condiciones y estabilidad laborales de los y las trabajadoras afectadas.
  • Evitar la excesiva mercantilización de la competencia legal entre empresas y continuar ejerciendo un control estrecho de la calidad técnica de la atención prestada.


Todo ello ha de permitir anteponer el valor de los servicios públicos frente a los intereses, no dudamos que legítimos, de las empresas implicadas.

Junta Directiva de la AMRP

Reflexiones a propósito del Foro : «Vivencia de la Pandemia en los Entornos Residenciales de la Red de Atención Social. ACCIONES Y DILEMAS»

El foro/encuentro organizado por la Asociación Madrileña de Rehabilitación Psicosocial (AMRP), tuvo como objetivo conocer, compartir y visibilizar lo acontecido a lo largo de la pandemia por la COVID 19 en los recursos que lo han vivido con mayor intensidad, como es el caso de las Miniresidencias de la Red Pública de Atención Social de la Comunidad de Madrid.

La situación no tenía precedentes y ha puesto a prueba la capacidad de reacción y respuesta del mundo entero. Analizar este acontecimiento y su impacto es una tarea compleja y sería necesario contar con una mayor perspectiva temporal de lo acontecido y una visión más amplia, que incluyera las aportaciones de instituciones y personas que han desempeñado papeles diferentes e indudablemente con la visión de los usuarios y usuarias de los recursos. Esto permitiría una mejor comprensión del extraordinario trabajo realizado en los distintos momentos con la información de que se iba disponiendo, de las medidas adoptadas y las razones que las motivaron, teniendo presente las diferentes circunstancias y medios disponibles. Es preciso y urgente identificar aciertos, aspectos mejorables y también errores a no repetir, que nos permitan estar más preparados, si como parece, situaciones como la vivida podrían repetirse.

Desde la AMRP no se quiso demorar el inicio de la reflexión y agradecemos a quienes participaron su disponibilidad, a pesar de la premura con la que fueron convocadas. Moderadas por la vicepresidenta de asociación, Marta Rosillo, intervinieron: Gema de Frutos, Cora Camaño y Loli Benito. Todas ellas psicólogas, directoras de las MRs de Aranjuez, San Miguel y Torrejón, gestionadas por las entidades Grupo 5, Hermanas Hospitalarias y Fundación Manantial, respectivamente. También agradecemos a las 45 personas que se conectaron en directo, disculpándonos por los errores que hayamos podido cometer por la falta de experiencia en este tipo de eventos.

El encuentro comenzó celebrando el hecho de que no haya habido contagios masivos, ni fallecimientos como los acontecidos en otros recursos de atención a personas con discapacidad, a pesar de la vulnerabilidad física de muchos/as residentes.

Se recogió la experiencia desde los momentos iniciales, previos al estado de alarma, al encontrarse la MR de Torrejón en uno de los epicentros, en los que se empezó a detectar la alta incidencia y recibir una llamada del hospital para realizar pruebas que permitieran confirmar, si la reciente hospitalización de una de sus residentes por problemas respiratorios pudiera haberse tratado de un caso de COVID. Esa visita al hospital fue la primera toma de contacto y de exposición consciente al riesgo. En todas las MRs se experimentó la incertidumbre y el miedo común a toda la población y el añadido de la preocupación porque el virus entrara en el recurso, sin información ni medios suficientes que permitieran establecer medidas eficaces para salvaguardar la salud y minimizar el impacto.

Para analizar la repercusión de las medidas, es necesario matizar en función del momento concreto (confinamiento, desescalada y nueva normalidad) y profundizar en aquellas que se adoptaron para favorecer el seguimiento de las restricciones de un estado de alarma sin precedentes, las diferentes órdenes administrativas que se iban recibiendo y era necesario adaptar con inmediatez a los recursos, teniendo en cuenta la idiosincrasia de cada uno, y también, conjugarlo todo ello con las indicaciones de los servicios de prevención de riesgos laborales.

Partiendo del hecho de que todas las personas hemos visto restringidos nuestros derechos, se entendió que las diferencias las ha marcado el lugar en el que se vivía y el hecho de hacerlo en comunidad con otras 29 personas, pero no la discapacidad o la patología. En este punto existió mucha variabilidad, y los profesionales en bastantes ocasiones tuvieron la sensación de ser “guardianes” y tener que realizar valoraciones individuales para flexibilizar las medidas de confinamiento y “permitir” las salidas. Dichas valoraciones estaban basadas en las restricciones existentes pero también existía un añadido de subjetividad que complejizaba la toma de decisiones, y especialmente cuando estaba relacionada con algo tan importante como es la limitación de movimientos. Por ejemplo, delimitar cuándo se podía salir y para qué, valorar si algún producto era un artículo de primera necesidad para justificar la salida, quién hacía esa valoración, etc. eran dilemas que surgían en los equipos. Además, en ocasiones algunas personas no seguían de manera correcta las medidas de seguridad y surgía de nuevo la duda. ¿En esas ocasiones se facilitaban las salidas? Se han vivido situaciones muy complicadas en las que se ha tenido que priorizar la salud colectiva frente a los intereses individuales, a pesar de la no aceptación del propio usuario. Manejar ese aspecto en un recurso residencial “abierto” ha generado múltiples tensiones en el día a día.

La actividad diaria y los procesos de rehabilitación se vieron alterados, tanto como la vida de todas las personas y los tratamientos de otros problemas de salud. Fue necesario extremar la seguridad, reorganizar el funcionamiento del recurso (el servicio de comedor, el uso de los espacios comunes, la gestión de la medicación, la limpieza, las compras, el contacto social con el exterior, etc.). Las complicaciones se incrementaban cuando era necesario aislar a personas contagiadas para lo que se llegó a recurrir, cuando fue posible, a habilitar otros espacios, llegando incluso a habilitar recursos diurnos que estaban próximos. El hecho de vivir en comunidad ha tenido y tiene indudablemente algunos inconvenientes, pero también el beneficio para muchas personas de pasar el confinamiento acompañado y apoyado. Se priorizaron, frente a las intervenciones habituales, otras actuaciones apremiantes en los distintos momentos, encaminadas a la ocupación del tiempo, a la satisfacción de las necesidades básicas y otras no tan básicas pero que también cumplían su misión para sobrellevar el largo confinamiento (se constató que las necesidades y deseos eran las mismas que las del resto de la sociedad, entretenimiento y hacer bizcochos, las compras online o pedir comida a domicilio… ayudaron sin ninguna duda en algunos momentos).

Con las dificultades que conlleva, también fue necesario apoyar en el afrontamiento del malestar, acompañar en situaciones de duelo, y proporcionar contención ante situaciones de crisis que sin duda se veían agravadas por la imposibilidad de contar con los servicios de urgencias y las UHB.

Del mismo modo que no fue lo mismo pasar el confinamiento en un piso de 40 metros que en un chalé con jardín, las condiciones físicas de cada MR también determinaron diferencias. El número de habitaciones individuales, la existencia de espacios abiertos, los medios telemáticos,…etc. ponen sobre la mesa cómo deben concebirse estructuralmente los recursos en los que conviven personas.

La incidencia de casos positivos fue mayor entre los profesionales, con el consiguiente impacto al no poder contar en una situación tan extraordinaria con los referentes habituales. Los departamentos de recursos humanos se esforzaron en dar cobertura a las bajas que se iban sucediendo con procesos de selección urgentes, priorizándose la disponibilidad y sin tiempo para la formación, también se cubrieron vacantes con profesionales de recursos diurnos. Las bajas de los compañeros también tenían un impacto en el resto del equipo que se preocupaba, como es lógico, por el momento en el que le pudiera tocar a cada uno, así como por el riesgo que el hecho de salir diariamente, suponía para sus familiares y para los mismos residentes. Se manifiesta el agradecimiento a quienes estuvieron disponibles y también a quienes se incorporaron por primera vez a los recursos en esta situación, aun cuando los equipos de protección eran insuficientes. En algunas MRs los profesionales con contratos de lunes a viernes se ofrecieron para reorganizar su jornada, sin librar los fines de semana, para no dejar el recurso con servicios mínimos de personal ningún día. Pero también se pone de manifiesto, desde las aportaciones de quienes se conectaron al foro, si no habría sido necesario, en unas circunstancias como las vividas, reforzar las ratios de personal para atender a las incidencias y al incremento significativo de las tareas asistenciales. Es importante destacar el sobreesfuerzo realizado por toda la plantilla de las residencias, manteniendo en la mayoría de las ocasiones una disponibilidad absoluta, pero también con un coste personal importante. Hay que destacar las situaciones vividas en los equipos, marcadas por el miedo, la incertidumbre, el agotamiento físico y emocional, que requería de espacios de ventilación que, en ocasiones, y debido al ritmo existente y la demanda de los usuarios, no era fácil encontrar.

Se destacaron las ventajas de formar parte de una Red y de poder contar con grupos de trabajo entre las coordinaciones de los recursos y/o con las direcciones técnicas de las entidades, para la interpretación y concreción práctica de las órdenes generales que se recibían. Los equipos de los recursos diurnos se coordinaron con los de las residencias para apoyar, aún desde la distancia, a aquellas personas en atención que lo necesitaran de un modo especial, así como para mantener las intervenciones posibles en los diferentes momentos.

Se constató la importancia del trabajo de integración del recurso en el tejido comunitario (vecinos, policía, bomberos, protección civil…) y fue un momento de comprobar cuántos apoyos se habían creado. Del mismo modo, se valora el trabajo de aquellas jefaturas sanitarias que se mantenían en contacto y compartían la información sobre la situación de los diferentes recursos del área. Se manifestó el agradecimiento a los profesionales de los servicios de salud que se desplazaron para prestar la atención y a quienes mostraron su implicación e interés por cómo estaban viviendo la situación tanto los/as residentes como los/as profesionales. También se destacó el apoyo de salud pública y de unidades de apoyo residencial. La diferencia de criterios en la consideración de “contacto estrecho”, entre los médicos y los diferentes centros de Salud Pública y también, en otras ocasiones, la concatenación de casos ha condicionado el alcance y la duración de los aislamientos de los/as residentes de los recursos durante todo este tiempo y se trata de una de las circunstancias de mayor coste en la vida diaria e interferencia en la gestión del recurso.

Destaca la importancia de los vínculos establecidos y en lo que se refiere a la convivencia, se han generado algunos nuevos al compartir más tiempo el mismo espacio, se han estrechado las relaciones de quienes ya se llevaban bien y han incrementado la solidaridad entre convivientes y las oportunidades para desempeñar un rol productivo como agente útil para los demás. Pero la situación de estrés vivida también agudiza las dificultades suponiendo un aprendizaje intensivo de resolución de problemas de convivencia e incrementándose la necesidad de acercar posturas, llegar a acuerdos y respetarlos. En general las valoraciones de vivir en la residencia son muy positivas por parte de los usuarios, pero también existieron dificultades de convivencia que no se deberían minimizar. Tener que convivir de manera tan estrecha durante 24 horas con otras 29 personas no siempre ha sido fácil. Y, aunque en ocasiones se han fomentado vínculos, en otras también se han agudizado las diferencias ya existentes y esto ha generado múltiples conflictos.

Lo que le ocurre a cada persona le afecta más que nunca a la comunidad. La vulnerabilidad conjunta a lo desconocido ha unido a residentes y profesionales, aumentando en ocasiones el acercamiento afectivo y el apoyo mutuo entre los miembros de la comunidad que forman. La experiencia de vivir un confinamiento puede tener ciertas similitudes con las vivencias que han tenido y tienen las personas con discapacidad psicosocial en distintos momentos, se pueden extraer aprendizajes útiles y también suponen una oportunidad para empatizar. Sin duda ha supuesto un impulso extraordinario para el uso de las nuevas tecnologías que no tiene marcha atrás.

De lo manifestado a lo largo del encuentro y de lo recogido en la parte final del mismo pueden deducirse algunas cuestiones importantes de cara al futuro. A continuación, destacamos las más relevantes, algunas consideramos que no tendrán una solución rápida, pero deberán ser tenidas en cuenta en la planificación y diseño de los recursos, y otras podrán estar previstas y llevar a actuaciones concretas más inmediatas.

  • Protocolos de actuación ante los contagios con previsión de espacios adecuados de aislamiento y actuaciones para aquellas situaciones en las que haya personas que tengan dificultades para mantener el aislamiento y/o las medidas preventivas.
  • Reserva estable de equipos de protección para las diferentes necesidades.
  • Refuerzo de los recursos humanos en situaciones de emergencia para afrontar el incremento de las tareas y poder mantener el trabajo de los objetivos de los procesos de atención.
  • Revisión de los recursos comunitarios de apoyo externo existentes para su conocimiento en todos los recursos. Acciones de sensibilización globales, y específicas en los entornos próximos de cada MR para incrementar el conocimiento de los recursos y su idiosincrasia, en los dispositivos sanitarios de emergencia.
  • Revisión de los medios telemáticos de cada recurso porque son ya imprescindibles y de la accesibilidad a los mismos, intensificando el desarrollo de las competencias de cada persona.
  • Reflexión sobre la experiencia pasada, en un espacio de coordinación conjunta para los directores de todos los recursos, para preparar el afrontamiento de situaciones de emergencia de características similares.
  • Importancia de contar con habitaciones individuales y espacios abiertos en los recursos residenciales
  • Revisión de las medidas adoptadas para garantizar la flexibilidad y la individualización necesaria. Reflexionar acerca de la sobreprotección y extremar la atención a las situaciones que puedan suponer la vulneración de los derechos de las personas

La pandemia ha supuesto una oportunidad para reflexionar sobre el modo de vida que llevamos, individualmente sobre las cuestiones realmente importantes para cada uno y también como sociedad. Este análisis tampoco debería quedarse sólo en un momento. Como se comenzada diciendo, somos conscientes de que no se han abordado, con la profundidad que requiere, la complejidad enorme de una situación como la que se está viviendo y también que habrá experiencias diferentes en los distintos recursos, pero nos parecía imprescindible aproximarnos y esperamos que este foro haya podido ser un punto de partida. Nuestra intención ha sido abrir espacios de reflexión conjunta, contribuir en alguna medida a visibilizar parte de lo acontecido y mostrar nuestro más sincero reconocimiento a todas las personas que se han encontrado y/o se encuentran en tiempos como éste viviendo o trabajando en un recurso residencial y dando lo mejor de sí mismas.

Junta Directiva AMRP

Boletin nº35. Diciembre 2020

Sumario:

  • Esquizofrenia y muy alto deterioro: hay alternativa a la institucionalización.
  • Los Derechos Humanos con la Salud Mental : participación y protagonismo de las personas con enfermedad mental.
  • Cartografiando los Derechos en la Rehabilitación Psicosocial. Art.8 : Toma de Conciencia.
  • Alto deterioro : ¿ Vivir en la Comunidad o larga estancia ?
  • En Primera Persona
  • A vuela Pluma

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«Ni ellas locas ni ellos locos» -25N Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer-

 

Según la RAE, loco/a se define como aquel/lla “que ha perdido la razón; de poco juicio, disparatado e imprudente”.

Según Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, en su Artículo 1, la Violencia de Género se define como: “Todo acto de violencia (…) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (…) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”

Cuando entras en el mundo de la violencia de género, bien como víctima, bien como profesional que estudia y se forma en el tema, lo primero que aprendes es que la violencia de género es todo lo opuesto a lo que entendemos por locura de acuerdo a la definición que he resaltado al principio. Es lo opuesto a un comportamiento y/o raciocinio desorganizado, alborotado, disperso y falto de control. En violencia de género todo es control.

 

Ni ellas locas….

A todas las mujeres en alguna ocasión se nos adjetiva de locas cuando decimos verdades incómodas sobre el patriarcado que nos oprime, pero con las mujeres con trastorno mental grave el adjetivo se comporta de una forma diferente. Como ellas ya están diagnosticadas de locas a través de su diagnóstico psiquiátrico, el maltratador e incluso el entorno no gasta sus energías en intentar desacreditarlas, pues el estigma hace ya ese trabajo por él, y el desamparo y abandono a estas mujeres es terrible. Desde el mito de Eva hasta el mantra falaz de las denuncias falsas la mujer es interesadamente vista para el patriarcado como poco fiable y mentirosa… pero los datos de violencia son verdades incontestables. Los cuerpos de las mujeres asesinadas a manos de sus parejas y exparejas no se pueden meter ya debajo de ninguna alfombra. El feminismo sacó lo que ocurría en el ámbito privado al ámbito público. Lo personal es político.

 

…ni ellos locos.

Como ocurre siempre en el patriarcado, cuando una conducta es femenina, es decir, la ostenta una mujer, es devaluada y pierde valor… .Si es un hombre quien pone de manifiesto esa misma conducta, entonces pasa a ser neutra o directamente es ensalzada. Esto también ocurre con la etiqueta de loca: no es lo mismo ser loca, que ser loco.

Hasta hace bien poco se justificaba el maltrato por el consumo de alcohol u otras drogas o “porque estaban enfermos”, aludiendo a la enfermedad mental en general. Como siempre, es más fácil individualizar un problema (él está mal, está enfermo, no sabe lo que hace…- de ahí viene lo del crimen pasional-), que reconocer que es la sociedad patriarcal la que crea y reproduce el machismo, único responsable de la violencia de género, esto es, violencia que es ejercida por los hombres sobre las mujeres. De este modo, a los maltratadores muchas veces se les etiqueta de locos… y esa etiqueta, cuando es el sujeto masculino quien la porta, es vivida de forma diferente, claramente restándole culpa y responsabilidad.

Es un relato diferente, desde la justificación, la pena e incluso la condescendencia…También hay estigma ahí, pero como ya he dicho, el significado es claramente diferente. Con la loca siempre hay más inquina. No es raro escuchar acusaciones de que “le puede destrozar la vida con esas mentiras…” en relación a las denuncias falsas por ejemplo, obviando en la comparación que si asumimos que el maltratador es un loco, no proyectamos esa inquina incluso cuando las consecuencias de su comportamiento loco ha sido el asesinato de una persona….

 

Ni ellas locas ni ellos locos.

Ellas, las mujeres con trastorno mental grave, no han perdido la razón cuando nos cuentan los abusos, el maltrato psicológico, sexual y físico que han sufrido y/o sufren de parejas y exparejas. Cuando cuentan cómo no disponen de sus pensiones o sueldos, cuando cuentan que las ingresan “cuando molesto demasiado” (esto por otra parte es la violencia de género psiquiátrica más antigua que hay), cuando cuentan que se merecen todo los que les pasa porque tienen tan interiorizado los mensajes descalificadores del maltratador que ya no saben ni quienes son en realidad.

Como sabemos, los datos aquí son contundentes e incontestables: 3 de cada 4 mujeres con trastorno mental grave ha sufrido violencia de género en el ámbito de la pareja. Falta que podamos cuantificar toda la violencia institucional y estructural que sufren: desatención en lo somático, invisibilidad de las diferencias biológicas en los tratamientos farmacológicos, minusvaloración de sus efectos secundarios, abuso sexual en ingresos, violación de sus derechos sexuales y/o reproductivos, y de forma generalizada revictimización secundaria y /o luz de gas institucional cuando hablan de esos abusos.

 

Ellos, los hombres que maltratan a sus mujeres, mujeres con trastorno mental grave, tampoco han perdido la razón. Porque en violencia de género la razón siempre es la misma: ejercer poder, y como bien sabemos, en situaciones de dependencia y vulnerabilidad es muy fácil caer en el ejercicio de poder.

Ellos no son imprudentes ni hacen nada disparatado, porque el maltratador sabe perfectamente lo que quiere y cómo conseguirlo.

Al parecer son maestros del engaño. Ya lo vemos cuando después de un asesinato aparece siempre el vecindario diciendo que “era un tipo muy normal…siempre me daba los buenos días…”, aunque francamente, cada vez estoy más convencida de que no hay más ciego que el que no quiere ver… y el maltrato se ve. Si ves a una mujer que no sale, que nunca está sola, que no tiene amistades, que ha cortado los lazos con su familia de origen, que siempre pone excusas para no ir allá donde se la invita… que no tiene dinero… que está triste y sola… es muy probable que haya maltrato.

Pero en mi experiencia profesional en rehabilitación psicosocial atendiendo a mujeres con trastorno mental grave este patrón del maltratador como un Dr. Jekyll y Mr. Hyde no se cumple tanto, es más, en mi experiencia particular se ha cumplido más bien poco… En este contexto ellos se muestran tal y como son: violentos. Descalifican con frecuencia a la usuaria en las entrevistas, se muestran controladores, suspicaces hacia el tratamiento, con escasas demandas hacia objetos de recuperación y/o mejora y más bien solo demandando a los profesionales o al recurso objetivos “de descarga”… Y si esto es así, no puedo más que preguntarme si quizás lo hacen porque ven que lo pueden hacer, porque se sienten, también en nuestros espacios, poderosos.

 

Esto es algo que nos debe de llevar a una reflexión profunda sobre cuál es nuestro posicionamiento ante esta realidad, una realidad que es un problema de salud pública de primer orden y una vulneración de los derechos humanos.

La violencia de género campa a sus anchas en nuestra sociedad porque nuestra sociedad es patriarcal, y por lo tanto, no es sencillo que vaya contra si misma… Pero el feminismo ha llegado a la rehabilitación psicosocial como no podía ser de otra forma. Cada vez más la teoría feminista y los estudios de género forman parte de la formación de los y las profesionales que trabajan en rehabilitación psicosocial, la cual también es impulsada internamente por las entidades. Desde mi punto de vista, esa es la vía, la manera para así poder detectar y atender desde nuestra posición a la violencia de género que sufren las mujeres con trastorno mental grave.

Como bien sabemos por el grupo de investigación de Juan González y Marga Rullas, solo hay que preguntar, pues las historias están ahí, y ahora ya sabemos que sí debemos preguntar. Como en cualquier proceso que iniciamos desde la rehabilitación psicosocial, es la persona, en este caso la mujer, quien deberá encontrar la manera, o como hemos escuchado a alguna usuaria, encontrar su momento, pero nosotros y nosotras debemos estar como una constante.

La salida del maltrato es como los procesos de rehabilitación: un camino plagado de avances y retrocesos. Deberemos permanecer con ella siempre sin juzgar, estando a veces a su lado, otras estando por delante y otras por detrás.

 

María Amores González  

Feminista, psicóloga EASC Retiro y miembro de la junta directiva de la AMRP

 

 

 

REFLEXIONES REUNIONES DE PSICÓLOGOS REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL

GRUPO DE INTRESS

REUNIONES DEL CONFINAMIENTO: 24-4-2020, 8-5-2020, 22-5-2020

Este documento contiene las reflexiones de un grupo de psicólogos de INTRESS.
Este grupo se reúne desde hace 9 años y se nutre de las necesidades de sus áreas de trabajo y de los cambios en las perspectivas de abordaje del ser humano y de su contexto social. Ha ido cambiando y transformándose a través de los distintos psicólogos que lo han configurado.
Mayoritariamente está integrado por psicólogos de los centros de rehabilitación psicosocial de la CAM que gestiona INTRESS en Madrid porque la primera tarea que se le asignó y que les constituyó como grupo tenía que ver con consensuar la evaluación psicológica en estos centros. Pero se ha ido adaptando a nuevos requerimientos y a veces se les han unido otros profesionales de la entidad y algún psicólogo de otras áreas de trabajo de INTRESS
Durante el estado de alerta por COVID-19, el grupo consideró necesario detenerse para analizar con detalle las adaptaciones de aspectos de la intervención psicológica que estaban realizando.
Y, para que no olvidemos, para que todo esto que estamos pasando tenga algún sentido, dejan sus reflexiones por escrito con la esperanza de que puedan ser de alguna utilidad y por poner en valor sus vivencias, su esfuerzo y las vivencias y el esfuerzo de las personas que atienden. Read more

DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL : LA REHABILITACIÓN PSICOSOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA.

Un año más, este diez de octubre, celebraremos el Día Mundial de la Salud Mental. Bajo el lema “Salud mental y bienestar, una prioridad global” podemos volver a recordar que la atención a los problemas de salud mental requiere respuestas técnicas y sociales eficaces, servicios suficientemente dotados y capaces de cubrir las necesidades realmente existentes, y las correspondientes partidas presupuestarias que lo hagan posible.

El Día Mundial de la Salud Mental también es un buen momento para dar visibilidad a las personas más gravemente afectadas. Aquellas que sufren un trastorno mental grave y un severo deterioro psicosocial. Personas que en demasiadas ocasiones están en riesgo de exclusión. Personas un tanto olvidadas por propios y extraños. Personas que, en demasía, se les ofrece como alternativa a su situación las unidades de larga estancia. La Rehabilitación Psicosocial ha de ser, para ellas, una alternativa de integración socio-comunitaria, un dique de contención a la institucionalización.

Este Día Mundial de la Salud Mental es atípico, pues la vida se ha enrarecido y complicado por un virus que nadie le esperaba y llegó. Nadie le había invitado y, con descaro, entró en nuestras ciudades, en nuestras casas, en nuestra vida. Desearíamos que todo lo que trajo consigo no hubiese pasado pero pasó, y lo peor es que sigue pasando. Una cosa son nuestros deseos, nuestro sentimientos, nuestras querencias y otra la realidad. Hoy, inevitablemente nuestra realidad, y por tanto también la de las personas que sufren trastornos mentales graves está irremediablemente mediatizada por la pandemia. No hay opción, nos guste o no, es la vida que a toda la ciudadanía, y por tanto también a las personas que sufren trastornos mentales graves, nos ha tocado vivir.

Ignorarla es de insensatos. De necios, pretender suavizarla o aminorar su impacto no hablando de ella, minimizándola o decretando que forma parte del pasado. Como tantas veces, el relato no cambia la realidad, si acaso, la disimulada un tanto. Con independencia del discurso, la verdad de la pandemia sigue ahí, tozuda, incordiante, tantas veces trágica. Por eso, quienes nos dedicamos a la rehabilitación psicosocial debemos mirarla de frente pues ha condicionado, y condiciona mucho, nuestro que hacer. Todos nos hemos dado cuenta de que una situación como esta nos deja interrogantes, nos siembra dudas y, aunque parezca mentira, también nos puede abrir posibilidades de crecimiento y mejora. Posibilidades que en resumen se podrían concretar en: mejoras organizativas, reajustes y actualizaciones metodológicas, fortalecimiento del trabajo en equipo, incorporación de las nuevas tecnologías al funcionamiento general de los recursos, revalorización de las coordinaciones, y refuerzo y centralidad de los componentes estructurales de la rehabilitación psicosocial.

Interrogantes, dudas y mejoras se nos hacen evidentes al comenzar nuestro trabajo diario recordando, como siempre hacemos, que una de las máximas de la rehabilitación psicosocial es la adaptación de nuestras intervenciones, de nuestras metodologías, de nuestros recursos y de nuestros sistemas organizativos a la realidad de las personas que atendemos y del contexto (social, cultural, normativo, familiar…) en el que a diario se desenvuelven. Me pregunto, si no es cierto que algunas veces, y sobre todo en una situación como esta, la realidad y el contexto no entran en flagrante contradicción con algunas necesidades y muchos deseos de las personas que sufren un trastorno mental grave. ¿Pero eso no es lo que le está pasando a cualquier persona? Como profesionales, ¿no cometeríamos u error categorial si nos centrásemos sólo en las necesidades y los deseos, ignorando, o subordinando a ellos, la realidad y el contexto por desagradables que sean?

No es cierto que a veces tenemos la tentación de reorientar la labor rehabilitadora en función de nuestra ideología, o de la sociedad que cada cual tiene en su cabeza seguros de que es la mejor de las posibles. Menos mal que solo es una tentación. Si no fuese así, probablemente, o no ayudaríamos a las personas que atendemos, o, lo que es peor, las perjudicaríamos. Sabemos que, mayormente, a rehabilitación llegan personas con dificultades de adaptación social, con dificultades de integración comunitaria. ¿Qué pasaría si no ajustásemos nuestras intervenciones a las circunstancias imperantes, por penosas que sean? ¿Qué pasaría si no ajustásemos nuestras intervenciones a la sociedad tal y como la sociedad es por poco que nos guste? La verdad es que las circunstancias son las que son y la sociedad es la que es. De nada serviría darles la espalda, o crear una realidad paralela. Esto traería consigo, a las personas que atendemos, desarraigo, inhabilidad psicosocial y aislamiento, en soledad, o casi lo que es peor en un gueto.

No son buenos los tiempos que corren, ni para las personas que acuden a rehabilitación ni para nadie. Pero unos y otros tenemos que aprender a navegar en medio de esta marejada intentando que las olas no nos hundan el barco. Ahí, tenemos los y las profesionales una importante labor y una oportunidad para rehabilitar déficits, que ya venían de antes y corren el riesgo de incrementarse, y para afianzar y fortalecer capacidades más necesaria que nunca ante contingencias novedosas, complicadas, imprevisibles, cambiantes y problematizadoras que nos ha traído el Covid.

No sé si acertaríamos intentando apartar, de un modo u otro, a estas personas de lo que está aconteciendo en las casas, en las calles, en los recursos comunitarios. Tal vez lo que toca es ayudarles a con-vivir con ésta situación. Situación que impone restricciones molestas, normas engorrosas, estilos de vida ortopédicos, relaciones sociales adulteradas, utilización condicionada de recursos, etc., etc. La rehabilitación en tiempos de pandemia consiste en favorecer que las personas atendidas puedan moverse, con la suficiente competencia, en una realidad así. Excepciones claro que tendrá que haber, pero no pueden convertirse en norma. Uno de los objetivos más importantes en rehabilitación, es conseguir que quienes tienen problemas psiquiátricos y deterioro psicosocial estén donde todos estamos, y vivan, de la forma más autónoma posible, lo que a todos nos está tocando vivir. Apartarles de este propósito, tratar de eximirles de obligaciones, normas e incertidumbres, puede que sea sobreprotegerlos. Habría que pensar si es correcto fomentar esta suerte de amparo paternalista frente a lo más duro de la pandemia en la creencia de que ellos no pueden, como podemos nosotros, ni afrontar ni soportar una situación así, ni tampoco pueden, desde los recursos de rehabilitación, aprender a hacerlo.

Tendríamos que reflexionar si este bien intencionado amparo, no lleva implícita una cierta creencia en sus pocas posibilidades, en que no es factible, o conveniente, cuando la situación es muy aversiva, que fomentemos, aunque sea con cautela y buen criterio técnico, su autonomía y normalización. La reflexión debería cerrarse preguntándonos si coger este camino, implícitamente, no fomenta una suerte de estigmatización amable o una forma amable de estigmatizar.

 

Juan Fernández Blanco

Formación AMRP ONLINE Octubre 2020

 

Para este otoño 2020 , vamos a realizar una formación en Rehabilitación e Integración Laboral de personas con Trastorno Mental Grave, gratuita para las personas asociadas. Nos enorgullece informar que para la edición de Octubre 2020 se han cubierto todas las plazas.

La gran novedad que tiene esta edición es el formato Online que hemos puesto en marcha. Esto ha supuesto un reto y pone en valor la capacidad de adaptacion y flexibilidad, tan importante en este momento.

Este formato ONLINE permitirá:

  • Realizar la formación en un lugar propio y/o privado, sin necesidad de acudir a un centro formativo de forma presencial, evitando los riesgos para la salud presentes en el momento actual.
  • Flexibilidad horaria.
  • Disponibilidad del material de formación para utilizar en base a las necesidades de organización personal.
  • Interacción con docentes y el resto de alumnado a través de diferentes espacios, tanto directos como indirectos.
  • Atención continuada para resolver dudas, y compartir análisis y reflexiones.

 

Con este método formativo ofrecemos a las alumnas y alumnos :

  • Conferencias grabadas de los/as formadoras con los contenidos de esta actividad formativa.
  • Material audiovisual, textos y páginas web vinculadas a la rehabilitación laboral con los que ampliar los contenidos o trabajarlos de forma práctica.
  • Un foro de comunicación constante, en la que los/as docentes realizarán propuestas de reflexión conjunta con el alumnado. 
  • Un espacio de comunicación directa por videoconferencia semanal.

Sin duda, una oportunidad para las personas participantes de actualizar e incorporar claves y principios básicos en Rehabilitación e Integración Laboral.

Para ver el programa completo pincha aquí.

 

REACCIONA EN CONFINAMIENTO. CUADERNO DE BITÁCORA. JUNIO 2020

En primer lugar queríamos dar las gracias a la Asociación Madrileña de Rehabilitación Psicosocial por su iniciativa de recoger unas crónicas compartidas de los vivido en la situación de confinamiento dentro de los márgenes de las personas que de un modo u otro formamos parte de la Red de Atención Social a personas con Problemas de Salud Mental.

Desde el Grupo Re-acciona contra el estigma que desarrollamos en el CRPS Los Carmenes y del que formamos parte activa tanto personas en atención como profesionales, queríamos aportar también nuestro granito de arena entorno a las reflexiones compartidas de nuestra vivencias en tiempos de pandemia.

Os dejamos aquí nuestros testimonios gráficos que recogen las reflexiones a compartir:

Reacciona Contra El Estigma, Cuaderno de Bitacora Parte 1.

Reacciona Contra El Estigma, Cuaderno de Bitacora Parte 2.

Reacciona Contra El Estigma, Cuaderno de Bitacora Parte 3.

 

 

 

«A propósito del anuncio del inicio del trámite parlamentario de la reforma del Código Civil en el ámbito de las personas con discapacidad»

Desde la ratificación por España de la Convención de los Derechos de las personas con Discapacidad (CDPD) han sido numerosas las adaptaciones legislativas en los ámbitos de la protección de la salud, la educación, el empleo, la lucha contra la discriminación, etc. que ha sido necesario llevar a cabo en nuestro ordenamiento jurídico.

Este trabajo tuvo su principal expresión en la aprobación de la Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a la CDPD, pero en aquel momento el gobierno dejó pendiente de regular el alcance y la interpretación del complejo artículo 12 que reconoce la igualdad de las personas con discapacidad ante la ley. El compromiso adquirido entonces de reemplazar en el plazo de un año el actual modelo de sustitución, por un modelo de apoyo para la toma de las decisiones, respetando la autonomía, voluntad y preferencias de la persona, se fue demorando hasta octubre de 2018, cuando se presentó el esperado anteproyecto de reforma legislativa, cuya aprobación para su tramitación parlamentaria, presentación de enmiendas y debate hasta su aprobación definitiva, fue anunciada en el Consejo de Ministros del pasado 7 de julio.

El proyecto presentado de manera conjunta por los Ministerios de Justicia y de Derechos Sociales y Agenda 2030, propone modificaciones en numerosas leyes como la de Enjuiciamiento Civil, de Protección Patrimonial, de la Normativa Tributaria, Hipotecaria, del Notariado, del Registro Civil y de la Jurisdicción Voluntaria, aunque lo más destacado sea la reforma del Código Civil en lo que respecta a las medidas de protección. Ha sido elaborado por la Comisión General de Codificación mediante el procedimiento de consulta pública a las personas afectadas, asociaciones e instituciones representativas del ámbito de la discapacidad que pudieron aportar sus propuestas al borrador y recibió el dictamen favorable del Consejo de Estado en enero de 2019.

El anteproyecto de ley apuesta por la no judicialización de los procedimientos desapareciendo para los adultos la tutela y la patria potestad prorrogada o restituida por lo que, atendiendo a que han sido las figuras que han predominado hasta el momento, la situación de la mayoría de las personas con la capacidad de obrar modificada debe cambiar pasando de ser representadas en el ejercicio de sus derechos a ser apoyadas para el mismo.

Señala la preferencia por las medidas de apoyo que la propia persona pueda establecer de manera preventiva, en la línea de las voluntades anticipadas que sin duda alguna es imprescindible promover e implantar. Refuerza los apoyos naturales e informales como la Guarda de hecho. Describe un escenario de apoyos gradual que va desde las situaciones puntuales, aunque puedan ser reiteradas, para las que propone la figura del Defensor Judicial, hasta la Curatela para quien precise los apoyos de manera continuada.

Aquellos procedimientos de incapacitación o modificación de la capacidad de obrar, que hemos observado desde nuestro ámbito profesional, promovidos desde actitudes sobreprotectoras, derivados de preocupaciones de los familiares ante riesgos potenciales, que se resolvieron atendiendo a la “causa” pero sin “motivo”, según refiere en su trabajo el fiscal Santos Urbaneja , deberán ser resueltos en caso de necesidad, según el anteproyecto, con la intervención puntual del Defensor Judicial.

Asimismo, incide en la revisión periódica de las medidas que se establezcan y propone para hacerlo un plazo no superior a tres años por lo que la situación de las personas con la capacidad de obrar modificada en las sentencias dictadas hasta la fecha deberá reconsiderarse, en base a la reforma que finalmente sea aprobada, para establecer el tipo de apoyo que cada una precise en función de la situación en la que se encuentre. En el momento actual esta revisión ha sido muy excepcional, por lo que las medidas se han mantenido prácticamente de por vida, aunque se hubieran producido cambios, derivados de la evolución de los procesos personales y/o de las circunstancias del contexto que, en algún momento, las hicieran desproporcionadas o innecesarias.

Para afrontar los cambios con las debidas garantías, es imprescindible avanzar el trabajo en el desarrollo de las alternativas que deben ir acompañado de una planificación y refuerzo de los recursos humanos y técnicos, para dar los apoyos necesarios con la rapidez que se requiere en las diferentes circunstancias.  Es importante señalar la dificultad para hacer esta planificación cuando se desconoce la cifra total de personas cuya situación debe ser revisada.

Será preciso observar cambios en el ejercicio de las curatelas, en lo referido al respeto de la voluntad y preferencias de la persona frente al criterio del mejor interés que ha regido hasta el momento actual, de nuevo la importancia de conocer y documentar las voluntades y preferencias de las personas en los diferentes ámbitos. Según señala García Rubio, catedrática de Derecho Civil, miembro de la Comisión de Codificación que ha participado en la elaboración del anteproyecto, es importante incidir en que la capacidad de tomar decisiones va acompañada de la asunción de la responsabilidad sobre sus consecuencias. Considera también que la prioridad de la voluntad de la persona incluye el derecho a rechazar los apoyos, pero éste no se encuentra de manera explícita recogido en el texto, por lo que esta importante cuestión queda pendiente para la tramitación parlamentaria. El objetivo es lograr que las personas cuenten, cuando lo precisen, con figuras de apoyo y medidas de protección individualizadas para la toma de decisiones, sin que éstas supongan restricción alguna de sus derechos. Este aspecto ha dado lugar a algunas controversias y en función de quién lo valore, puede considerarse, imprescindible para alcanzar la exigencia de la CDPD o que puede dejar expuestas a graves riesgos a algunas personas.

Si las funciones representativas quedan limitadas a los casos más graves y se establecen en sentencia de manera precisa, respondiendo a las circunstancias particulares de cada persona, no deberían ser sistemáticas o estandarizadas. Por esta razón sería importante llevar a cabo un seguimiento del impacto de la reforma y del análisis de las medidas restrictivas que se dicten para poder garantizar la individualización de los procedimientos. La atención directa a la persona en su entorno próximo permite conocer las capacidades y necesidades, los apoyos naturales con los que cuenta, así como los cambios que se producen en el contexto. La información psicosocial que puede proporcionarse desde los recursos de atención cobra una gran importancia en el momento de establecer los apoyos y en la revisión periódica de las medidas para ajustarlas a las estrictamente necesarias durante el tiempo que resulte imprescindible.

El cambio de modelo que señala la CDPD implica el abandono de actitudes paternalistas, también de los profesionales de la atención y del ámbito de la justicia. Es necesario seguir el trámite parlamentario que se ha iniciado, atender al interesante debate que se produzca e intensificar el trabajo de sensibilización ya que la reforma legislativa tiene que ir acompañada de un cambio en la mentalidad de la sociedad.

Mar Hernández